
“El alma, por encima de cualquier otra cosa, tiene que dirigir la mirada al único Padre de muchos hijos. Después, mirar a todas las criaturas como hijas del único Padre. Superar siempre, con el pensamiento y con el afecto del corazón, cualquier límite que imponga la vida humana y aspirar constantemente y por hábito a la fraternidad universal en un solo Padre: Dios”.
“Jesús, modelo nuestro, nos enseñó sólo dos cosas, que son una: a ser hijos de un solo Padre y a ser hermanos los unos de los otros”.
Chiara Lubich
(de un escrito del 1946, en el libro “La Unidad y Jesús Abandonado)
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